Por Mercedes Briceño
En entrevista con el programa “Conversemos un libro” de radio Mistral (95.1 FM), el artista visual Jorge Martínez habló acerca de la muestra de óleos sobre tela llamada “Bandada de Girasoles”, la cual reúne una docena de óleos que rinden homenaje a los atacameños asesinados por la Dictadura: Benito Tapia, Pedro Gallardo y Aladín Rojas. La inspiración la obtuvo gracias a los textos literarios extraídos de libros llamados: “Lo que la tierra echa a volar en pájaros” y “Sobre Eros y tumbas “del poeta, Arturo Volantines.
La muestra se exhibe en el Centro Cultural Palace en Coquimbo y estará abierta hasta el 11 de noviembre, no solo contempla la creación de las piezas artísticas, sino que también la publicación de un catálogo impreso de la muestra y el proceso de creación. Está compuesta por 12 obras de óleos sobre tela de grandes dimensiones. Nueve de ellas son de 2 metros por 1,2 metros de altura, y hay 3 pinturas que miden 1,90 metros por 2,50 metros de altura.
“Me gustó la idea de volvernos a encontrar todos como una bandada de girasoles, traspasar el dolor, la pena y la injusticia de esa forma. Es el concepto que titula la exposición”, Jorge Martínez, artista visual
Jorge Martínez contó que inicialmente pensaba trabajar con los poemas de Gabriela Mistral, “estaba buscando la forma de conectar con un poeta local, y contacté con él tuve una experiencia personal y familiar con el tema de la dictadura, la tortura, búsqueda de familiares y quise abordarlo”.
Describe que a pesar de la tragedia, le atrajo la idea del poeta Arturo Volantines “me gustó la idea de volvernos a encontrar todos como una bandada de girasoles, traspasar el dolor, la pena y la injusticia de esa forma. Es el concepto que titula la exposición” describió.
Afirma que el proceso creativo conecta con lo vivencial, “la mujer que baila la Cueca sola es la representación de la desaparición de su compañero, el fondo del cuadro es gris donde aparece un colibrí colorido que representa una de las frases en los poemas”.
En torno a la selección de los poemas asegura que fue una lectura sistemática y se cruzó la experiencia personal y las imágenes de los familiares de los detenidos desaparecidos, también destaca la protagónica aparición de las mujeres en su obra.
“Fue el asombro de coincidir en el dolor, uno tiene que ir hacia adentro de uno mismo, el dolor de lo que vivió este país, la caravana de la muerte, fusilamientos, los degollados, y la dictadura. Es un tema que hay que sanar, aquí hay una contribución para resaltar la memoria pero también dar la salida” dijo.
El libro crece con una obra pictórica
La inspiración poética de Arturo Volantines, se basó en su experiencia de convivencia con esos jóvenes que eran partidarios de la Unidad Popular en la ciudad de Copiapó quienes fueron asesinados y sepultados clandestinamente en el cementerio de esta ciudad y, después sus cuerpos, fueron desaparecidos, y hasta la fecha no han sido encontrados.
Arturo Volantines, relata que le pareció una experiencia increíble “cuando Jorge me planteó la idea me pareció muy bien estoy sorprendido y grato por lo que se ha logrado y esto supera la palabras el arte ha alcanzado un nivel más sublime”.
“Lo que uno pública es muy poco comparado con lo que escribe; esta experiencia una vez publicada ya no te pertenece, escribir no es hacer arte, también escriben los abogados, los periodistas, las secretarias. La poesía es un instrumento inútil que debe traspasar esa forma cotidiana, debe ser una propuesta un deseo de construir mundos nuevos. Uno siempre está inconforme, avergonzado y pudoroso, estoy agradecido que el arte se puede llevar a otro lugar”.
Como anécdota detalla que tiene problemas con los hablantes en sus textos, porque muchas veces lo acusan de lo que se dice en los poemas, “una vez en Francia en un recital, varias personas me querían hacer cargo de lo que decía ahí, el texto se trataba de pelos y el traductor dijo pendejos” contó entre risas.
Respecto a la selección de los poemas para los óleos los considera “notables” yo conocí a esos personajes gente con los que conviví, ellos vuelven a vivir en la palabra y en la imagen.
Con orgullo cuenta que la académica y artista plástica, Graciela Ramos, se aventuró en una propuesta semejante: en una serie de óleos, también basados en la poesía de Arturo Volantines, llamada: “Lo que la tierra echa a volar en pájaros”, que fue inaugurada en la “Galería de Cristal” de la Biblioteca Nacional, y, luego, expuestos en diversas salas de Europa.
“Nunca he querido ser un poeta panfletario o político tengo una visión redentora del mundo, no me conforma ver pasar cuerpos aún calientes al cementerio. La pintura para mí ha sido muy importante, es como la poesía objetual donde se utiliza otro elemento, donde importa es el constructo del producto” reflexiona.
Habló sobre el poema dedicado a Benito Tapia quien fue dirigente sindical y se convirtió en una persona importante para el país, “es él quien está hablando a través de los poemas” cuenta Volantines.
Volantines afirma que “la idea de dar a conocer estos poemas y obras pictóricas “es jamás tengamos que volver a pasar situaciones límites”.