A 10 años de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente

La ley N° 20.084 de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) entró en vigencia en junio del 2007 en el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y modificó de manera sustancial los principios que regían previamente lo relacionado con los jóvenes infractores de ley. Desde entonces, diversos organismos relacionados a la temática trabajamos estrechamente en lo que les corresponde de acuerdo a la normativa.7Es así como la Comisión de Seguimiento del Sistema Procesal Penal de la región de Coquimbo nos reunimos esta semana en una mesa redonda para reflexionar y generar una discusión teórica práctica sobre lo que ha sido el funcionamiento de la ley en estos 10 años.Esta ley creó un sistema de justicia juvenil especializado, enfocado en la reinserción de adolescentes y jóvenes, ajustando la normativa penal nacional en materia de garantías jurídicas establecidas en la Constitución. Sin duda, la LRPA ha sido un aporte al país, contribuyendo a generar un paso de un sistema que tenía por objeto a los infractores de ley, a uno donde los adolescentes son sujetos, en virtud de lo que significa el principio de protección integral establecido en la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y Niñas.Sin embargo, aún hay tareas pendientes, pues la experiencia de 10 años nos muestra la necesidad de mejorar la ley.Por ello se ha enviado al Congreso Nacional un proyecto de ley que se encuentra en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Congreso, que crea un nuevo Servicio de Reinserción Social, acorde a las necesidades y establezca un modelo de intervención idóneo para generar los cambios necesarios en los jóvenes infractores de ley. El proyecto establece modificaciones sustantivas a la ley de RPA que propendan a generar la efectiva reinserción de los jóvenes, a prevenir que ocurran este tipo de situaciones, a trabajar los temas relacionados con la idoneidad de la sanción y por cierto también, a potenciar el trabajo de los organismos colaboradores de modo de asegurar una mejor calidad en la intervención de los profesionales que trabajan con los niños, niñas y adolescentes.