La respuesta es: Por muchas razones.En primer lugar, la evolución de los tiempos y de la sociedad en que vivimos, dan cuenta que ya no estamos para posicionamientos sesgados, excluyentes y discriminatorios. Quizás con esa pura razón bastaría. El matrimonio es un contrato que se enmarca en las relaciones de familia. Como contrato, a grandes rasgos, regula a través de los llamados regímenes matrimoniales los intereses patrimoniales de los cónyuges. La relación de familia, en los hechos, hace un buen rato, escapa de las mentalidades anquilosadas y restrictivas. Los afectos siguen mayoritariamente siendo el principal motivo que mueve a las personas a celebrar y someterse a estos estatutos. Por cierto, el Acuerdo de Unión Civil, destinado a regular efectos patrimoniales de una relación de pareja, ha sido un avance significativo por una cuestión de Derechos, pero no es suficiente y nos sigue quedando como sociedad, la sensación de postergación y discriminación basada en la orientación sexual de las personas. Cuando la Presidenta Bachelet anuncia la necesidad de establecer el matrimonio igualitario, precisamente busca consolidar las bases de una institucionalidad chilena que reconoce desde el nacimiento que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Pero, además, significa adecuarse al orden internacional de los derechos humanos, equiparándonos a países que creen en la libertad de las personas. De otra parte, se encuentran los compromisos adquiridos por el Estado Chileno ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que por medio de una solución amistosa ha dado respuestas a las demandas presentadas ante esos organismos, obligándonos a regular esta materia en el orden jurídico interno, en un contexto de igualdad para todos los chilenos/as y extranjeros/as. Para el amor, en los afectos y los derechos de las personas no debe haber frenos ni restricciones ideológicos. Muy por el contrario, cada día debemos fortalecer a la familia chilena en el entendimiento y el respeto, y en general, como grupo colectivo, debemos propiciar todos aquellos aspectos culturales que nos puedan llegar a constituir en una sociedad más justa y fraterna.
Autor
AbogadoSecretario Regional Ministerial de Justicia y Derechos Humanos Región de Coquimbo
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