DEJÉMONOS DE TONTERAS
Hace bastante tiempo que he tenido las ganas de escribir, pero por los avatares de la vida diaria me fue imposible sentarme frente al computador a traspasar el montón de ideas que tengo en mi cabeza.
Hace bastante tiempo que he tenido las ganas de escribir, pero por los avatares de la vida diaria me fue imposible sentarme frente al computador a traspasar el montón de ideas que tengo en mi cabeza.
La columna de hoy adelanto quizás ofenderá a algunos, pero de verdad mi intención es justamente esa. Llamar la atención de quienes no aprecian el esfuerzo, o sencillamente las cosas que pasan a su alrededor no les afecta en lo absoluto.
Mañana se conmemoran dos años desde el fallecimiento de mi Papá, por lo que esta será una de mis columnas más especiales.
En la semana fui invitado a participar en una mesa de trabajo en una universidad regional, para evaluar algunas cuestiones sobre el egreso de miles de jóvenes de aquella casa de estudios. Pensé que sería otra tediosa e innecesaria reunión sin un objetivo claro.
Hemos aprendido por tristes experiencias, que la naturaleza y disposición de casi todos los hombres, en cuanto reciben un poco de autoridad, como ellos suponen, es comenzar inmediatamente a ejercer injusto dominio (D y C 121:39)
El día de ayer mi hijo mayor tuvo la oportunidad de asistir a una actividad de despedida de uno de sus compañeros (panchito), quién por razones económicas tendrá que cambiar de colegio.
A propósito de la amistad que Facebook celebra entre un amigo y yo hace siete años, voy a utilizar una anécdota para reforzar el objetivo primordial de esta columna.
A propósito de la columna que presenté hace un par de semanas, y en relación al comentario de un muy buen amigo, deseo exponer y proponer que las necesidades básicas y los problemas que debe enfrentar todo ser humano, están en todos lados, independiente de su contexto de procedencia o de su nivel
De seguro estas palabras van a ser reconocidas por varios que hoy y sin querer piensan solo en cumplir. Queramos o no, y debe ser de la cultura más tradicional y popular chilena, nos gusta hacer las cosas solo por cumplir. Pero cumplir qué o a quién; todavía no lo tenemos muy claro.
A propósito de los cambios que el estado promueve sobre inclusión, calidad y equidad en educación, hay detalles que definitivamente no hemos abordado con seriedad. Si estos detalles marcarán la diferencia entre una buena o mala educación, juzgue cada uno.